Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de
manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y
luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a
una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea
quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la
mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la
horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño
o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos
elementos, se sitúa un tanto más arriba y adelante que el anterior,
principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra
combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero
incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso.
Instrucciones para subir una escalera, Julio Cortázar